La carretera de la historia

En mi ciudad hay mil y una historias, las que hablan de un pueblo que se formó a pulso de colonos que creyeron en este verde valle del sur del mundo.
Cada familia en este lugar aporta a la historia de una forma que muy pocas familias en Chile podrían contar, sé de algunos que llegaron de Chiloé, otros de ascendencia española, algunos alemanes, quizá por eso es que la cultura es tan diversa en este rincón.

Yo nací en este lugar, así como mis padres, sus padres y así un largo hilo que revela parte del desarrollo de este lugar.

Tengo una familia con una historia rica en hitos, desde José René Gómez que fue uno de los primeros transportistas, que viajaba en su viejo camión por allá en 1950 por la región y hacia Argentina, pasando por Ernesto Leal Cortéz, al que tanto debiera agradecer el cuerpo de carabineros puesto que edificó el primer retén de Islas Huichas con materiales que el mismo ofreció, hasta el Estadio de fútbol de Puerto Aguirre que lleva el nombre de mi tío Gabriel Leal Uribe, un muy buen futbolista que le dio un giro al deporte local.

La vida en este lugar no es fácil, es más bien sacrificada y harto sudada, pero bien se merece los sacrificios de la gente esta tierra que tanto nos ha brindado.

Mi vida simplemente se ha limitado a apreciar como ha crecido esta ciudad, viendo como el lindo pueblo se convierte en una gran ciudad día a día. Los últimos veinte años fueron explosivos, desde la llegada del Regimiento Nº8 y anteriormente el auge del salmón, hasta los cambios irrefutables en la infraestructura de la ciudad.