jueves, 20 de agosto de 2009

Amigos, mis disculpas.-

Querida Gabriela "polela" Fernández, muchas gracias por su constante preocupación.
Le cuento que había perdido la contraseña del sitio, por eso no había escrito ni menos solucionado mi error con el apellido del Ingeniero Provincial, pero como puede verlo, ya está ok.-

A la Familia de Don Yuseff Uribe, mis públicas disculpas, asocié el nombre y por eso me equivoqué al señalar el apellido del vecino Uribe.

A los demás lectores, muchas gracias por seguir este intento por recuperar algo de nuestra historia, ciertamente no manejo todos los detalles, bordeo los 25 años de edad y aunque he nacido y crecido en este lugar, desconozco muchas cosas.
Sería bueno, que me hicieran llegar material, a fin de engrosar más la lista de curiosidades en esta página, a medida que vaya recopilando información, iré escribiendo más.

Los aportes que quieran realizar, ya sean fotos, historias, detalles y anécdotas para este blog, por favor, escríbanme a jorge.gomez@puertoaysen.cl
También no duden en destacar los errores, si tienen algún reparo que hacer, también me escriben. La idea es que juntos hagamos de este espacio, un bonito lugar de recuerdos de Puerto Aysén y la comuna en general.

Desde ya, muchas gracias.-

viernes, 5 de junio de 2009

Anécdota de un milagro

Por las tardes, después de la comida con mi papá nos sentamos al rededor de la estufa, yo prendo mi cigarrillo y el prepara los mates amargos bien cargados y conversamos de cualquier cosa pero siempre termina contándome del viejo Aysén.
Esta vez su tema fueron unas anécdotas que le sucedieron a su hermano y a su padre.

Buena onda, pero cobrador.-

Su hermano Luís, que falleció hace ya varios años, era camionero y en uno de sus recorridos iba acompañado por Ramón Cabezas, un viejo conocido campesino de la época, el camión en el que viajaban falló y quedaron en pana a la altura del Km. 40, justo en la gruta de San Sebastián, en plena noche.
Estaban sin luces y Don Ramón corrió hacia la gruta y le consiguió dos velas al santo, para que pudieran arreglar la falla y seguir el viaje, agregando que a la vuelta se las devolvería.
Pasó algún tiempo y este había olvidado su deuda.
Después de varios días coincidieron nuevamente en el viaje y pasaron por ahí mismo y el camión nuevamente falló, esta vez de día pero justo en el mismo lugar; en ese momento Don Ramón recordó la deuda que tenía pendiente y para más coincidencia, la carga que transportaba eran velas, por lo que se bajó, tomó dos paquetes, se dirigió hasta el santuario y exclamó: "Hola santito, aquí te traigo las velas... Pero pa' la puta vida pedirte otra gauchá!"

El préstamo.-

Otra vez,mi abuelo René iba camino a Puerto Ibañez desde Coyhaique, junto al ingeniero provincial de la época, Don Oscar Spichiger.
A mitad de camino, se dieron cuenta que ninguno de los dos llevaba efectivo para el hospedaje ni la comida, en eso Spichinger recordó que más atrás habían pasado por la gruta de San Sebastián y le dijo a mi abuelo que volvieran.
Llegaron hasta el santuario y este se bajó y fue hasta la alcancía del lugar y contó el dinero que había sido reunido por los fieles, extendió un cheque por la suma y retiró las ofrendas diciendo que ojalá no se enoje el santo.

viernes, 15 de mayo de 2009

Aysén alza la voz

Un improvisado Comité por los Derechos de Aysén ha sido el producto de la desconformidad de los habitantes de la comuna, todo un movimiento sinérgico que con el pasar de los días ha ido tomando fuerza y adherentes de varios sectores.
Sus demandas apelan simplemente a mejorías en el sistema de salud pública, objetivo necesario y en absoluto beneficio de toda la comunidad.

Toma del Puente, durante el medio día del jueves

El movimiento persigue persuadir a las autoridades para que busquen soluciones reales para la grave situación que aqueja al Hospital de Aysén, entre los requerimientos destacan la posibilidad de contar con médicos especialistas, objetivo absolutamente necesario en una comunidad en continuo crecimiento y desarrollo.

Cabe aclarar que las intenciones de estos valientes vecinos distan mucho de una manifestación política, lo que hace noble su gestión.
Respondiendo simplemente a la preocupación por el desgaste del servicio básico en la ciudad, cuestión que respalda además el Colegio Médico
Las manifestaciones se han realizado en un ambiente ordenado y sin disturbios, han habido tomas de rutas en Mañihuales y Puerto Aysén, pero por cortos lapsos de tiempo, demostrando que no hay un propósito de desordenes, sino más bien un llamado de atención a las autoridades para que fijen la mirada en nuestra alejada comuna.

Aunque, desde hace seis días un grupo de cuatro personas han iniciado huelga de hambre, apoyando la noble causa con una actitud audaz y sin precedentes, esto con el claro fin de lograr la visita del Ministro de Salud, el que por el momento ha hecho caso omiso a la situación que aqueja a nuestra comunidad.

En imagen Yussef Uribe
Luego de 100 horas de iniciado su huelga de hambre

Este pronunciamiento ciudadano puede ser el primer paso hacia una definitiva mejora del sistema de salud de nuestra comuna, por lo que debía quedar registrado en la Historias y relatos de viejos pioneros.

jueves, 7 de mayo de 2009

lunes, 23 de marzo de 2009

Yo le quiero cantar...

La comuna de Aysén está conformado por distintas y dispersas localidades, una de estas es Puerto Aguirre, que es una isla ubicada en el litoral, hoy quiero dedicarle este espacio a quienes habitaron este lugar hace algunas décadas, cuando la vida en la isla, era amena y apacible para todos.
Mi madre ha escrito esta tarde algo de lo que recuerda, y el material que me entregó, lo publico en esta noche...

Puerto Aguirre

Carta a mi tierra

Mi nombre es Sofía, tenía poco más de 20 años cuando dejé la Isla de Puerto Aguirre, hoy tengo 59 años, más de medio siglo encima, pero lleno de sabiduría, experiencias y por sobre todo, íntegros de recuerdos.
Soy hija de Ernesto Leal Cortés y Marina Uribe, hermana de Gabriel, Luís, Juan Carlos, Alejandro y Raimundo, Marina, Paula, Emilia y Gabriela.

Era 1948 cuando nací, en una década en que nuestra isla era una prometedora localidad de la comuna de Aysén, comenzaba el boom de la pesca y junto con ello, las industrias conserveras y el comercio comenzaba a crecer enormemente, éramos poco más de 3.500 personas.
Mi padre fue un hombre de mar y mecánico, dueño de embarcaciones con las que comercializaba sus productos a las industrias, negociaba con el “Tito Apel” primer empresario de la zona, dueño de la conservera de Caleta Andrade, con Rubén Vásquez en Estero Copa, la conservera de Isla Fénix; administrada por el señor Cárdenas, hermano de Demetrio, uno de los tantos vecinos de nuestra casa.

Recuerdo que nuestro pequeño pueblo era una gran familia, todos nos visitábamos y en las fiestas todo el mundo salía de sus casas a felicitarse y hacer presente los buenos deseos.
Tengo muy presente a la señora Margarita de Cárdenas, quien era mi madrina y para cada celebración, reunía a todos los niños de la isla para tirarnos caramelos, era feliz con el gozo de cada uno de nosotros.
La señora Margarita era una abnegada mujer, muy querida y respetada por la comunidad, era una comerciante y además hacía de enfermera, psicóloga y ayudaba a quien lo necesitara.

Algunos de los primeros habitantes de Caleta Andrade fueron don Segundo Andrade, la familia Nancúl, la familia Huinuman, a quienes recuerdo mucho y por sobre todo a la “rosita”, la que nos peinaba a mí y mis hermanas; ¿Cómo no voy a recordar sus sutiles tirones de mechas?.

Otro connotado comerciante fue Don Miguel Vegas, llegado de España se radicó en nuestra isla y su hijo, Daniel “chaly” Vega se casó con Mirella Haro, la hija del primer alcalde de mar que vestía de marino.
A ellos los recuerdo con un cariño especial, porque eran compadres de mis papás, padrinos de Raimundo.

La señora Nina Zabaleta de Pinto, también ocupa un lugar especial en mis recuerdos, puesto que fue una gran mujer, de buenos sentimientos, aunque algo cascarrabias.

También recuerdo a Mercedes Zaldivia muy amiga de mi madre.

La Escuela de Puerto Aguirre es otra fuente de recuerdos importantes, La directora de la época, era la señora Aurelia, la que estaba casada con el Sr. Moncada profesor del colegio, estaba además Don Claudio Araya y Marta Maldonado a quien todas las personas la admiraban por su bondad y sencillez.

De nuestros vecinos tengo sólo buenos recuerdos, por ejemplo La señora Paula, Don Juan Osorio, un cariño especial para el “popito” sacrificado trabajador marido de la “chabela” Canible.

Durante los 10 años siguientes comenzaron a verse caras nuevas en nuestra isla, recuerdo a Don Ricardo McKay Baker, quien junto a su señora y sus tres hijos; Sirley, Ingrid y Rafael fueron nuestros vecinos, los que se adaptaron a la vida de la isla.
Tenían un pequeño negocio donde actualmente funciona la ECA, la que se instaló a los pocos años, Don Andres Lerdon Tom estaba a cargo de esta empresa estatal.

El y su señora Angelica Marchand tenían dos hijos, Juan Alberto y Andres, con admiración y mucho afecto, los recuerdo.
Ellos celebraban sus cumpleaños y nos invitaban a todos los niños, a pesar de su situación acomodada nunca dejaron su humildad y se mostraban siempre cordiales y atentos con los más humildes, cosa que hoy no se ve.
Sentí mucha tristeza cuando me enteré que la señora Angélica falleció.

Mi hermano Gabriel, a pesar de sus estudios básicos siempre fue un hombre correcto, intelectual y aficionado al deporte, siempre luchó por el fútbol, es más, el estadio de la isla lleva su nombre, honrando todo el trabajo y dedicación que les brindó mi hermano.
El falleció muy joven, naufragó en su lancha en un temporal, dejó a su mujer y a tres hijos; Carlos, Gabriel y Juan Luís.

Quiero listar a algunas personas; Don Alberto Risco y su señora, la María, sus cinco hijos fueron ahijados de mis padres y recuerdo con nostalgia los momentos que pasábamos juntos y por sobre todo los curantos en que participábamos en su isla Pomar.

Juan Villarroel y la comadre Lucinda, padres de Eliana, la mujer de mi hermano Gabriel.

En mis recuerdos está Segundo Alvarez, padre de “cunino” y el “tito”, muy amigo de mi hermano Alejandro, juntos andaban de pistolas y rifles.

A mis 18 años falleció mi madre, mi hermano Juan Carlos venía de vuelta desde Puerto Aysén en su primer viaje a cargo de una embarcación, cuando recibió la noticia.
Traía un chocolate Sahne Nuss para la mamá y con un inmenso dolor recuerdo que se lanzó en la cama y lloraba desconsoladamente.Gabriela tenía 2 años.
Ese día del funeral de mi madre no quedó nadie en la isla, todos nos acompañaron hasta el cementerio.

3 años más tarde, un mes de febrero, falleció mi padre, yo era la mayor de las mujeres y tomé el rol de dueña de casa, velando por el bienestar de mis hermanos.
Recuerdo que habían noches con una hermosa luna, y mi hermano Alejandro, nos invitaba en esas noches a ir a la rampla, ya que de ahí se veía el cementerio y en nuestra ingenuidad soñabamos con ver a nuestros padres, llevaba de la mano a Raimundo y Gabriela, mis hermanos menores.

A toda la gente de la isla les recuerdo con mucho cariño, aunque ahora no me acuerdo de sus nombres, han pasado muchos años y la memoria se hace frágil algunas veces.

jueves, 5 de febrero de 2009

La nieve en Aysén

Mi padre realizó el Servicio Militar en el año 1965, en pleno terremoto blanco, cuando nevó durante un mes en toda la región, me contaba de la inmensa mortalidad de animales y las pérdidas extraordinarias del sector agrícola.
A medida que pasan los años, el clima ha ido cambiando notablemente, el calor ha aumentado y la geografía de la región se ha transformado considerablemente, desde el inevitable retroceso de los glaciares hasta la escasa nieve que hoy en día vemos sobre los campos en invierno.

Complementado lo agregado por la señora Gabriela en los comentarios de la entrada anterior, mi viejo padre, que bien conoce la historia de este lugar, me decía que a causa de estas intensa nieves de la década del 60 hubo inundaciones por toda la región siendo en el 66' la fecha en que Puerto Aysén se inundó casi en su totalidad, quedando lo que hoy es Teniente Merino y el centro que se concentraba en la plaza de armas como guarida del frente de lluvia y mal tiempo.

En la década del 90' en mis años de colegial, recuerdo que cayó tanta nieve, que el gimnasio de la escuela se vino abajo durante esos días.
Hoy la realidad ciertamente es muy distinta, haciendo casi mitológicos los relatos invernales de Aysén.
En el último invierno cayó nieve y tapizó las aceras sólo para la fotografía, ya que duró menos de una semana el manto.

Yendo más allá de un relato de blog, pienso que el calentamiento global es un problema grave que no se está considerando como debería hacerse.

Gimnasio Digeder
Sector Plaza de Armas

Haciendo a un lado el clima y el frío, nos remontamos a esos años mozos, cuando el centro de la ciudad se resumía al contorno de la Plaza de Armas, ahí se ubicaban los servicios públicos y el comercio local.
La vieja catedral y un Gimnasio que comenzaba a construirse adornaban el entorno del centro.
Cabe destacar que fue a finales del 60' que se levantó el Gimnasio Digeder, el mismo que hoy lleva el nombre de Chiledeportes.

sábado, 24 de enero de 2009

Llueve en Puerto Aysén

Hoy desperté con el ruido intimidante de la lluvia, por la ventana miraba las calles vacías y baje a los mates de la mañana con el viejo, se quejaba de la lluvia y del mal tiempo, yo reía nada más porque lo raro sería que no lloviese en Aysén.

Yo recuerdo una vez que llovió tanto que no pudimos ir al colegio, luego la nieve botó el gimnasio de la escuela y al final, las embarcaciones quedaron todas varadas en el muelle de aguas muertas, de eso hará unos diez años más o menos.

Mi papá me decía que antes llovía más, que se hacía cotidiano que se inundara la ciudad y que incluso una vez subió tanto el nivel del río, que se desbordó por todos lados.

Inundación de 1966

En aquellos años, toda la comunidad ayudaba a socorrer a los vecinos y aunque no era una tarea fácil, se hacía con agrado puesto que antiguamente la comunidad hacía plácida la vida de todos los habitantes de Aysén.

Inundación de 1966
Ex. Retén de Carabineros

Que sería de Aysén sin la lluvia que cruza los mantos del humo y rebota en las calles, ese olor a selva y los húmedos colores de inciensos mojados que deja la calma, a mi parecer, es la lluvia lo que caracteriza esta ciudad, ese verde reluciente de los paisajes no está ahí por casualidad.
Pero ciertamente, no hay quien aguante tanto frente de mal tiempo.