viernes, 14 de noviembre de 2008

En mi ciudad hay un puente gigante

Puente Presidente Ibañez vista Noroiente

Mi ciudad está dividida por un gran río, el Río Aysén que nace de la intersección de los ríos Simpson y Mañihuales.
Con toda su majestuosidad se deja ver desde las riberas donde se alza Puerto Aysén y con su imponente fuerza cae raudo hacia el fiordo.
En la actualidad la costanera está adornada con puentes flotantes, bancos barnizados y miradores.

Además lo cruza el segundo puente colgante más grande de sudamerica, mide más de docientos veinte metros de largo y lo sostienen inmensos cables de acero.
Este puente es medio de conectividad, pues la carretera que lo recorre une la región, el país y forma parte del corredor bi - oceánico, lo que lo convierte en un lugar estratégico de la patagonia.

Por supuesto no siempre estuvo ahí, fue en la década del 60 que un grupo de visionarios ingenieros, encabezado por John Smith, comenzaron este proyecto que hoy es referencia para mostrar el progreso de la ingeniería.

La obra no fue fácil, muchas vidas se sacrificaron para realizar este proyecto y llevó varios años de trabajo la inauguración de este monumento histórico.


Esta inauguración fue en el verano de 1966, vino hasta Puerto Aysén el presidente de la época, Don Eduardo Frei Montalbe y con bombos y platillos se dio por terminado el famoso puente.

Pero como la vida esta llena de ironías y tropiezos, el invierno de ese mismo año la ciudad se inundó apocalípticamente, bastó unos días de intensa lluvia a lo largo y ancho de la región, para que el Río Aysén se pronuncie y nos recuerde su presencia.


Inundación de 1966

No fue más que eso, pero los recuerdos de aquella vez son comparables sólo con el impacto que tuvo el terremoto de abril de 2007.


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